Comercializado también como Sencha Saemidori, su nombre significa 'verde claro' en alusión al color de la infusión de esta variante híbrida de té verde japonés fruto del cruce de cultivares entre el famoso y extendido Yabukita y el delicado y exquisito Asatsuyu (Rocío de la mañana).
El Asatsuyu tiene una excelente calidad pero escaso rendimiento y alta sensibilidad al frío, por lo que al cruzarlo con el Yabukita más resistente y mucho más rendidor, se dio origen a una nueva variedad que podemos disfrutar oficialmente como el cultivar N° 40 desde el año 1990, aunque el cruce original de las plantas que le dieron origen fue en 1969.
Originalmente concebido para producir té Sencha, ya hay cultivos de Gyokuro y producciones de Sencha Fukamushicha con este nuevo cultivar más fresco y ligero que los Sencha tradicionales como el Fukujyu elaborados con el cultivar Yabukita.
Un excelente ejemplo de la viva evolución de esta bebida.
EL TÉ JAPONÉS
Los tés de las islas de Japón se diferencia en varios aspectos del té verde producido en China:
1.- La naturaleza volcánica del suelo de las islas de Japón y la cercanía de todas sus tierras con el mar le dan a sus té un inconfundible carácter que es muy difícil de imitar en otras zonas de producción aunque los chinos han desarrollado una oferta destinada a Japón que se acerca en calidad y perfil al auténticamente isleño.
2.- El proceso de fijación (o detención de la la oxidación, (conocida en chino como Sha Qing (杀青) y traducida al inglés como 'killing the green'), se hace a través de vapor caliente de agua lo que conserva el color natural de las hojas de té y su contenido de catequinas tal como estaban en la hoja. El método chino, que usa mayoritariamente el secado en wok expuesto al calor del fuego directo, transforma la naturaleza de las catequinas presentes en la hoja y obtiene una mayor complejidad y riqueza de sabor y aroma junto con la pérdida del color verde original transformándolo en verde claro con amarillo como se aprecia claramente en el Lung Ching.
3.- Prácticamente todos los té japoneses son una mezcla de hojas de té de diferentes jardines o zonas de producción y son los artesanos y marcas locales son quienes deciden qué tés conformarán los productos que ofrecen cada año. Es muy difícil o extraño encontrar un té japonés cuyas hojas sean todas del mismo jardín o del mismo cultivar como sucede habitualmente en las producciones de té verde de China y Corea.
4.- Es usual que los productores y maestros japoneses incluyan en sus mezclas finas partículas de té molido para realzar alguna característica de aroma, sabor o cuerpo del licor. Esto, que en otras partes puede ser considerado un problema de calidad es una acción deliberada para mejorar el resultado de sus mezclas.
5.- Prácticamente todo el té en hojas de la isla está elaborado en base al cultivar Yabukita que comprende cerca del 80% de la producción. En China, los cultivares de té verde se cuentan por miles y hay al menos unos varios cientos identificados.